miércoles, 24 de octubre de 2012

EL PROYECTO MARURU RENACE COMO UN MANDALA

DESDE EL CENTRO HACIA AFUERA, PARA COMPARTIR UNA VISION Y UNA MISION

En este último tiempo he podido ver con claridad mi habilidad, desarrollada por años, para impulsar a otros a creer en sus sueños, a iniciar sus emprendimientos desde el amor, a dejar de lado el miedo, y a acompañar a mis cercanos en la concreción de sus proyectos.

Pero algo faltaba. 

Y las señales, que siempre están ahí, tan solo listas para ser percibidas, no dejan de persistir. Son como la voz de Dios a través de todas las cosas.

Creo por fin haber comprendido lo que faltaba. Faltaba lo fundamental. Impulsar mi sueño. Iniciar mi emprendimiento amoroso, dejar miedos y acompañarme a crear... Sentir lo que amo, y lo que me hace siempre sonreir, lo que me lleva al centro. Expresar lo que me encanta. Saberlo antes que nada. Y no temerle a este enfrentamiento con mi silencio creativo.

Maruru es sueño de años, un emprendimiento iniciado y dormido, que despierta de nuevo para hacerme sonreir, y para impulsar mi sueño de inspirar y acompañar el proceso interno de otras mujeres.

Porque soy una convencida del papel de la mujer como transformadora del mundo, promotora de paz y creadora de vida en todo el sentido de la palabra, y es amplio. Y la labor es llegar a nuestros centros, y entregarnos desde allí. Porque el mundo nos necesita. Nuestros esposos, nuestros hijos, nuestras familias, nuestros amigos, nuestros socios y compañeros de la vida; necesitan todos ellos de nuestro poder y energía femenina conciente.

Yo Disfruto coser. Disfruto bordar. Disfruto crear composiciones y significados. Disfruto las telas y los colores. Por eso mi casa es un taller lleno de texturas, accesorios, hilos y pinturas. Y Disfruto compartir. Y agradezco  la arquitectura sagrada del cuerpo que habito. Por eso quiero coser prendas para mujeres que las inspiren hacia un viaje de búsqueda interior.

De todo esto nace Maruru, que en polinesio significa AGRADECIMIENTO, y que es un nombre indígena americano, para decir FLOR DE LOTO, que es la flor que más me inspira, y que en nuestro continente crece en una variedad gigante, bella, poderosa y magnífica como el espíritu de las mujeres de esta tierra, y con nombre de mujer victoriosa: VICTORIA REGIA, el loto gigante de América.

Entrego a todos los que me sigan en este emprendimiento mi ser y mi luz. Espero abrir muchos espacios de mi tiempo para encontrarme conmigo misma, y luego con otros, desde mis telas y estos diseños inspirados en mandalas como un claro referente de lo que nace en el centro de uno, para salir a compartirlo con los demás, de manera comprometida con el bienestar de todos.

Estas son las primeras prendas de este viaje. 



Con Amor,

Paula Camila.

domingo, 17 de julio de 2011

Quiero compartir este artículo, de suma importancia para las mujeres que trabajamos por sincronizarnos con nosotras mismas, y con la Vida.

Gracias a Catalina, que tan amorosamente lo compartió conmigo. Justo hoy, y en luna llena!


Los Ciclos de la Mujer y la luna
Escrito por Miranda Gray   
Domingo, 02 de Agosto de 2009 17:33
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Luna Roja. Los dones del ciclo menstrual, Gala Ediciones, 1995 
El caso de la menstruación femenina es uno de los ejemplos más claros de esta tendencia nuestra a omitir el lado introspectivo que caracteriza a los valores yin. El ciclo menstrual es un conjunto de fases donde la mujer tiene el potencial de conectar, mensualmente y a través de su propio cuerpo, con la creatividad que se desprende de todo ciclo vital de muerte y renacimiento.
Tiempo lineal y tiempo cíclico. Ritos de iniciación (Nacimiento y Renacimiento)
Hay un momento en la vida de la mujer donde comienza a sentirse parte integrante y conformante del proceso creativo de la naturaleza. El punto de inflexión lo marca su primera menstruación. Antes de ese momento, la mujer es todavía una niña y vive un tiempo lineal caracterizado por el discurrir homogéneo de sus días sin cambios importantes en su naturaleza emocional y energética.
La primera menstruación es un momento importante en la vida de la mujer. Por desgracia este momento pasa desapercibido en la mayoría de los casos o se vive sin la conciencia y la importancia que tendrá para la mujer este acceso fisiológico y corporal con el ritmo vital. En nuestra sociedad actual no hay una educación enfocada a informar a las niñas que a partir de su primera menstruación los días no van a ser iguales. Las chicas adolescentes de hoy en día no tienen una información clara y precisa de que su biología va a transformarse y se estructurará en ciclos. Para una adolescente es importante saber que cada uno de los días van a ser diferentes a lo largo de un mes y que, sin embargo, volverán a repetirse mes tras mes. Esta repetición va a generar un ritmo del que podrán ser conscientes con tan sólo observarlo, vivirlo. La finalidad de concienciarse de su ciclo es poder explorar cada uno de los diferentes matices diarios sin perderse emocionalmente dentro de esta variedad tan rica de posibilidades.
Muchas de las madres no pueden informar a sus hijas de este hecho por que ni siquiera ellas saben que existe esta posibilidad, tampoco los padres. La sociedad nos exige vivir desconectadas, nos pide que volvamos a ser seres asexuadas volviendo al tiempo lineal de nuestra niñez.
Una vez la mujer ha accedido a su naturaleza cíclica, es imposible desconectarse y querer volver a vivir en un tiempo lineal. Sería como querer retornar biológicamente a nuestra infancia, y esto la naturaleza no lo contempla. Sin embargo la sociedad sí nos exige esta homogeneidad en nuestros patrones de conducta, nos demanda seguir igual día tras día, sin cambios a lo largo de un ciclo mensual. Nuestro péndulo vital nos obliga a bajar, a bucear y explorar nuestra naturaleza interna, mientras que la sociedad exige constantemente estar arriba, disponibles, activas, yang, fuera, al frente, ignorando los ciclos yin de interiorización. La mujer, en su descenso a lo profundo trae al mundo externo el yin, ella es la portadora de sus cualidades, pero para ello necesita conectar con esa parte, necesita distanciarse durante una fase de su ciclo para volver al mundo externo, yang, con la sabiduría adquirida en su descenso.
Por esta razón muchas mujeres viven cada mes de manera conflictiva esta oportunidad que la naturaleza brinda. Lo llamamos síndrome premenstrual. Son unos días de conflicto donde la naturaleza empuja a la mujer hacia lo profundo, mientras que la sociedad la retiene impidiéndole ese acercamiento. Y así la mujer vive un periodo de gran conflicto donde su visión interior contrasta con una realidad exterior que ha extremado sus valores hasta el punto también de desvirtuarlos. La falta de información a la hora de entender este proceso es muchas veces la causa que impide tanto a la mujer como al hombre tomar conciencia de este hecho. Dialogar con las energías que se despiertan durante la menstruación a lo largo del ciclo puede ayudar a la mujer a recuperar parte de su equilibrio. Este diálogo necesitará de un distanciamiento responsable y consciente de la actividad y el ritmo que se viven fuera.
Nuestros antepasado celebraban los inicios de los ciclos, y la primera menstruación de una mujer era motivo de celebración para la comunidad. Pero los ritos de iniciación tan importantes en estas sociedades también han desaparecido de nuestra manera occidental de entender la vida, así como el sentido sagrado de la misma. Esta carácter sagrado no era otra cosa que sentir en carne propia esa conexión con el pulso, con los latidos de la vida. De igual importancia y significación para la mujer son las alteraciones biológicas que se producen en su ciclo mensual, como son los embarazos o la menopausia. También la menopausia deberían igualmente celebrarse como final de un periodo y renacimiento a otra etapa. Pero al perder el sentido de los cambios, hemos perdido la heterogeneidad que genera diferencia, alternancia y vida, en favor de una homogeneidad cada vez más estéril y aburrida. ¿Qué podemos hacer? Experimentar con curiosidad cada fase de nuestro ciclo mensual, integrarla, celebrarla y dejarla marchar. Y emocionarnos y agradecer al sentir el ritmo.
Cuatro Fases
Sociedades antiguas y todavía hoy comunidades indígenas separaban y aislaban a las mujeres que estaban menstruando para, precisamente aprovechar al máximo el potencial vital y creativo que la mujer portaba dentro. Una información ancestral valiosa que se utilizaba para ayudar, nutrir, inspirar y dirigir a la comunidad donde habitaban. Para ponernos en contacto con estas energías creativas que se liberan durante el ciclo mensual podemos distinguir cuatro fases fisiológicas que son las fases de todo proceso creativo y también las fases de gestación de la naturaleza.

1. Muerte (culminación, menstruación)

El ciclo comenzaría con el primer día de sangrado. Un momento en el que se cierra el ciclo anterior y se da comienzo a un nuevo ciclo. Este dejar ir dura entre 3 y 5 días más o menos dependiendo de la mujer. Es éste un momento de muerte e introspección, de liberación de un ciclo que se ha completado. En esta fase la mujer tiene el potencial de contactar con ese interior frío, oscuro, receptivo que forma parte intrínseca de su naturaleza. Un momento de intimidad y aproximación a un espacio interno profundo, muy profundo, que nos recuerda unos valores hoy por hoy olvidados.

2. Renacimiento (preparación, comienzo)

Después de los días de menstruación el cuerpo de la mujer comienza a prepararse para gestar un nuevo óvulo en los ovarios, es la fase de renacimiento. Esta preparación tiene a nivel vital externo su expresión en la planificación preliminar de las ideas que darán lugar a nuevos proyectos. Esta es una fase donde podemos encontrar inspiración en todo aquello que nos rodea, pudiendo disfrutar de una forma renovada de la relación con nuestro entorno. La naturaleza intuitiva de la mujer irá seleccionando aquello en lo que ir fijando su atención pero todavía sin decidir una forma, simplemente jugando.

3. Pensamiento (dirección)

Esta fase da paso a unos días en los que la mujer empieza a contactar con la dirección que quiere dar a esas ideas, gestándose la intención y la forma de un proyecto, idea o causa determinados. También aquí la intuición de la mujer tiene un papel relevante en la toma de decisiones y prioridades. A nivel fisiológico el óvulo ha viajado de los ovarios al útero y se encuentra en su fase más receptiva esperando a unirse a un espermatozoide. Éste es por ello un momento donde la mujer se expresa a un nivel más externo y sus deseos personales son menos importantes, se va preparando ya aquí para una posible maternidad. En esta fase la mujer puede aportar gran ayuda y nutrimento a otros miembros de su entorno o comunidad.

4. Creatividad (creación)

Y por último llegamos a los días previos a la menstruación. Uno de los momentos donde la mujer está más frenética y creativa en su vida cotidiana pues el óvulo, si no ha sido fecundado por un espermatozoide, tienen el potencial de hacerlo a otros niveles tomando la forma de proyectos y causas que se concretan y exteriorizan con la estructura y potencia natural que ha ido gestándose a lo largo de las etapas anteriores. La mujer en esta fase empieza ya a sentir la llamada interna y van creciendo recíprocamente su intuición o su lucha, conforme se adentra o se resiste a esta reunión con la parte de su naturaleza más desconocida y recóndita.

y vuelta a empezar

Y así llegamos de nuevo a la fase donde el óvulo y el tejido que recubre el útero son expulsado fuera del cuerpo. La mujer puede acceder aquí a su naturaleza más yin. La mujer en esta fase conecta con soluciones y salidas creativas, encuentra los matices, resuelve los enigmas. Se completa y despide un ciclo, y se va madurando el inicio del próximo.

Parecería obvio resaltar que la forma de entrar en conexión con las energías de cada fase no proviene de la razón y el entendimiento intelectual de estos ciclos. Con este artículo corremos quizá el riesgo de que la lectura del mismo pueda generar una barrera intelectual superficial que impida un acercamiento mas vivencial. Sin embargo hemos considerado importante facilitar esta información y hacerlo desde la perspectiva integradora del ciclo básico del yin y el yang.

1. Rememora tu primera menstruación. Reúne en casa a familiares y amigos, y atrévete a celebrar ese momento como celebras tu cumpleaños. Busca entre tus recuerdos la fecha o época del año donde tuviste tu primer ciclo, si no consigues acordarte, establece una fecha simbólica. Celebra este evento anualmente; estás celebramos el inicio a la vida cíclica. En ocasiones sorprende cómo nuestra fecha de nacimiento, nuestro cumpleaños, es cercana o coincide con la fecha de nuestro primer periodo.

Aprovecha los regalos que te hagan o te hagas para lucirlos durante los días de tu menstruación a lo largo del año. Esos días vístete para ti. Elige colores que te acompañen en tu introspección: negro, marrones, violetas…

Otra sugerencia es que os reunáis varias amigas cuya fecha de inicio a la vida cíclica coincida en el tiempo. Animaros a compartir y celebrar ese momento.

2. Ir sincronizando tu menstruación con la Luna. A lo largo de los dos o tres primeros meses es importante observar la luna y entender cómo está funcionando tu ciclo actualmente. Posteriormente podemos empezar a sincronizar nuestro periodo con los días de Luna llena, o de Luna nueva. Sincronizarnos con la luna llena nos brinda la oportunidad de exteriorizar y dar forma en el mundo a nuestra creatividad interior. Sincronizar con la luna nueva nos lleva a un periodo de mayor introspección profundizando en el misterio y la intuición. Dependiendo del momento vital en el que nos encontremos puede apetecernos más sincronizarnos con uno u otro.

Para conseguir esta sincronización fijaremos nuestra intención en un plazo relativamente flexible de tiempo, por ejemplo 1 año, y cada mes alrededor de la 2ª semana que es la fase de nuestro ciclo mensual relacionado con la dirección y los proyectos, nos centraremos en recordar nuestro objetivo. Podemos utilizar la siguiente frase para programarnos y fijar nuestra intención en sincronizarnos “Sincronizo mi ciclo mensual interno con el ciclo de la Luna. La próxima primavera (verano/otoño/invierno) mi menstruación empezará con la Luna llena (nueva)”. Este margen de 1 año es recomendable para intentar no caer en procesos obsesivos de competencia personal, y permitir que esta pauta corporal se vaya instaurando en nuestro cuerpo de manera paulatina y relajada.

Notas:
Miranda Ray, 
Luna Roja. Los dones del ciclo menstrual, Gala Ediciones, 1995
Tomado de: http://www.mujerdespierta.es/la-luna/57-los-cilcos-de-la-mujer-y-la-luna

miércoles, 22 de junio de 2011

Tiempo de luna

De muchas maneras, las mujeres hemos crecido con miedo de ser mujeres. En gran proporción fuimos educadas con desconfianza, con rechazo, con dolor para mirarnos a nosotras mismas. Esto se ve reflejado en la manera como fuimos enseñadas en esta cultura occidental a mirar lo que sucede cada mes de manera maravillosa en nuestros cuerpos. No nos invitaron a admirar la arquitectura sagrada de nuestro cuerpo femenino. Por el contrario, mes a mes, hemos llegado a sentir rechazo del milagro de la vida en nosotras, del recordatorio de que somos fuente de vida.

Me parece valioso rescatar la consideración de muchas culturas ancestrales en las que el tiempo de menstruar, tiempo de luna, es tiempo sagrado. Tiempo de máximo poder, tiempo de creatividad, tiempo de conexión vital con la madre, con la tierra, con la vida. Tiempo de depuración, de renacimiento, de preparación.

Y me parece fundamental empezar a mirar nuestro ritmo con alegría. Vital reflexionar sobre cómo estamos viviendo, no solo la conexión con lo sagrado femenino en nosotras, sino también como vamos a educar a nuestras hijas para sentirse plenas con su propio ser femenino dotado de toda la belleza. No para guerrear con los hombres, todo lo contrario. Sino para ser nidos tibios de todas las posibilidades de cocreación con ellos, de un mundo que debe ser reconstruido desde la ternura. Y claro que es posible, pero como amar al otro, sino sabemos amarnos a nosotras, si no nos conocemos?

Para mí, ahora, menstruar es tiempo de meditar. Por eso el cuerpo se pone algo más frágil, para bajarnos la velocidad y ayudarnos a conectarnos con lo que se siente. Es tan solo momento de recogerse, y de cuidarse, de ponerse tibia, de acogerse. No nos debería doler, pero llega a hacerlo tan solo por la carga de dolor de ser mujeres impuesta por siglos. Una vez nos asumamos plenamente mujeres, y felices en ello, menstruar dejará de doler.

También vale la pena pensar si vamos a seguir contaminando el mundo con toallas desechables a costa de nuestro ciclo vital. O si vamos a empezar a usar alternativas hermosas, saludables y ecológicas para vivir nuestra fiesta mensual en armonía con nosotras mismas, y con el planeta.

Qué bonito es sentirme acompañada en este sentir, sabiendo que ya tantas mujeres en el mundo han empezado a verse distintas a sí mismas, a aceptar amorosamente su ser femenino, su condición de madres incluso con la dinámica acelerada del mundo moderno, y a encontrar alternativas para vivir sus ciclos de mes a mes.

lunes, 16 de mayo de 2011

Concierto "Las Mujeres le cantan al AGUA" en Bogotá

Las mujeres reunidas somos fuente de un poder extraordinario. Es algo real. Y no solo es hermoso, e inspirador. Se eleva a la categoría de imperativo ético. Juntas tenemos el poder, y la responsabilidad, de nada menos, que transformar el mundo. Por uno más sensible y dado al Amor. Por uno que respete la tierra, la vida. El agua. 


Por eso me emociona encontrar iniciativas de mujeres, como el concierto que en los próximos días se realizará en Bogotá, de Mujeres que le cantan al AGUA, como parte de una campaña para difundir la conciencia del origen sagrado, y mágico, del agua que tomamos, proveniente de los páramos.

:::ANDREA ECHEVERRI:::
:::MARIA MULATA:::
:::VICTORIA SUR:::
:::MARIPOSA SOLAR:::
:::MÁGICA:::



Mujeres le cantan al AGUA: http://www.facebook.com/event.php?eid=219992018027404

sábado, 30 de abril de 2011

Manifiesto Alfa o 11 ideas de empoderamiento femenino

Es un comercial. Del mundo de la costura, que entre otras, es una de mis pasiones. Pero antes que cualquier cosa, es un mensaje con 11 hermosas máximas para la vida de cualquier mujer, y de cualquier hombre, por qué no, pero el mensaje está enfocado a mujeres, y me encanta que sea así. Me siento plenamente identificada con estas ideas, que como dice Sole Silbando en su blog, cuando comparte este video en cuya creación hizo parte, son "una declaración de intenciones".

Las mujeres hemos ocupado roles masculinos para encontrar nuestro valor en la sociedad. Y nos hemos perdido mucho en el camino. Tal vez, en muchos casos, nos hayamos incluso perdido a nosotras mismas.

Cualquier caso en el que sean aplicables estas ideas, son válidas para emprender el camino al reconocimiento del poder propio, y de la capacidad de compartirse con los demás. Para tener una vida auténtica, alegre. Para fortalecerse permanentemente, de adentro hacia afuera; creativa, femeninamente. Para cambiar el orden de las cosas que, en el mundo, no andan bien.

Las mujeres estamos llenas de poder creativo. De poder sutil. Y cuando empezamos a reconocernos en ello, a entender esta capacidad, y la reflejamos en nuestras actividades y en nuestros entornos cotidianos, se irradia luz.Se propicia un cambio, una verdadera renovación.

Aquí, lo que leo como "once ideas de empoderamiento femenino":


1. Háztelo tu misma
2. Conviértete en tu propia marca
3. Haz que te siguan
4. Comparte tus ideas
5. Busca ideas nuevas
6. Prueba cosas que no sepas hacer
7. Saca el máximo partido a lo que eres
8. Lo raro es que vayamos todos iguales
9. Recicla, Reutiliza, Recrea
10. Vive tu diferencia
11. Si no te diviertes, no tiene sentido

martes, 12 de abril de 2011

El poder de las mujeres

No he hecho sino pensar, y sentir, lo importante que ha sido en mi proceso la presencia de las otras mujeres. Que con su sabiduría y amor, y compañía, y acierto, me han sido espejo y me han acogido como cuna para el crecimiento.

Aun falta camino. Pero sí hoy me reconozco más. Me complazco más de mi misma. Me perdono más rápido. Me curo con más facilidad. Me aprecio. Y este camino hasta aquí recorrido es el camino de un ramillete de aprendizajes, de logros, de dolores, de desprendimientos, de alegrías y de tristezas.

De las últimas lecciones aprendidas, saber que todo tiene un propósito más profundo de lo que se ve en la superficie. Hay que ahondar en cada experiencia, a veces a costa de la propia terquedad, de la propia resistencia, para ver qué hay en el positivo, detrás de cada vivencia.Qué lección de Amor hay por tomar.

Me he mirado mucho a mi misma. Llevo años en la valiente tarea. Me lo reconozco. Me lo celebro. Me lo canto. Pero no lo he hecho sola, no. Mi círculo sagrado de mujeres, sin que ellas lo sepan, hasta ahora que se los empiezo a decir, ha sido mi resguardo.

Bendigo a la vida, porque hoy me sé rodeada de mujeres de infinito valor. Nunca fui una rueda suelta en mis más oscuros momentos de dolor. Siempre tuve luz, de las manos femeninas. Lo hermoso ha sido también haber recibido sanación por parte de los hombres que la vida ha puesto en el camino, en diferentes formas. También del masculino he recibido fuerza y sanación.

Pero hoy me vibra el femenino, ante la multiplicidad de mujeres que han sido mis custodias, mis escuchas. Y quienes con su infinita capacidad amorosa me han recibido, una y mil veces, para ayudarme a procesar, es decir, a crecer, a ser mejor ser humano. Me sorprende la capacidad abierta de salir de nosotras mismas para tomar el lugar de la otra. Somos madres, mujeres, esposas, hijas, hermanas. Y todavía sale fuerza para además ser compañeras, cómplices y amigas de las otras mujeres que la vida pone en nuestro camino. Podemos ser luz para las otras mujeres. Es parte de nuestra misión. Así lo creo.

Así que gracias a mi círculo de mujeres, a las que se saben parte, y a las que no lo imaginan. Porque son muchas. Unas de un día, de un momento; otras de a ratos, de ocasiones; otras son de siempre, seguro de mucho antes; otras de lo más profundo, de un lugar esencial.

Tan solo espero seguir construyéndome para ser yo también custodia y receptora de otras mujeres a las que pueda entregar en muchas maneras lo que yo he recibido. Eso quiero. A esto me dispongo. Abro mis brazos al cielo, cierro los ojos, y doy las Gracias. Gracias, mujeres.

domingo, 27 de marzo de 2011

37

Llega mi cumpleaños 37 y me siento en una nueva etapa de la vida en la que todo lo que me sucede cobra significado. Insisto en ver el mensaje que subyace a todos los acontecimientos. El mensaje feliz y bello de la vida.

Amaneció 25 de marzo, y junto al deseo de celebrar lo feliz de la vida, los mensajes amorosos de los amigos  y familiares llegaron de todas las direcciones para hacerme recordar que en este viaje tengo compañía cálida y acogedora.

Decidí celebrar este día primero con mis más cercanos. De manera espontánea, doméstica, y recibiendo de cada uno, a su manera, su amor. Mi padre cocinó para mí y en sus manos venía alimento espiritual para mi alma. Mi madre dibujó para mí un retrato y de sus manos liberó la vibración del arte de amar y ser amada. Mi hija encontró la manera de regalarme unos aretes, y de sus manos recibí el deseo de sencillamente verme feliz, sonriente...

Luego celebré con las amigas que se unieron en la complicidad de verme dichosa, bailando hasta el cansancio, sabedoras del poder mágico de la música sobre mi alma.

Y vienen más celebraciones, porque espero un pastel con la dulzura de las amigas que me lo han preparado para festejar conmigo el andar juntas en este camino de esta vida.

Y en este mismo instante celebro mi cumpleaños en recogimiento para sentir con intensidad este momento, en el cual proyecto mi vida a partir de ahora desde la vibración en la que me veo: Feliz. Amorosa. Amada. Próspera. Vital. Abundante. Armónica. Receptora de luz. Emanadora de luz.

Bienvenidos mis 37, con todo su significado y poder. Gracias a todos quienes se aventuran a ser parte de esta aventura junto conmigo.